jueves, 29 de septiembre de 2011

27 de septiembre: fiesta de la Exaltación de la Santa y Vivificante Cruz

El martes 27 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa y Vivificante Cruz, el Patriarca Teofilos celebró en la Iglesia de la Resurrección del Jerusalén la Divina Liturgia Patriarcal llevando la reliquia de la Verdadera Cruz al mismo lugar donde la encontro la Santa Emperatriz Elena.

Zarzmeli Berebi - Yovlad Wmindao Samebao

lunes, 26 de septiembre de 2011

ACATISTO A SAN JUAN TEÓLOGO

Mosaico de San Juan el Teólogo
Iglesia de Osios Lukas
Condaquio I

Venid, cristianos, y alabemos al Hijo del Trueno, al Apóstol y Evangelista Juan, que inspirado por el Espíritu Santo voló a las cimas de la Divina Teología y digámosle llenos de fe y devoción: ¡Alégrate, Apóstol Juan, amante de la virginidad!

Icos I

Tu virginidad inmaculada hizo que pudieras recostarte sobre el pecho del Salvador, la fuente de la sabiduría, en la última cena por ello fuiste capaz de contemplar los misterios celestiales. Nosotros contemplándote te cantamos:

Alégrate, tú que has renunciado al mundo.

Alégrate, tú que has seguido el amor de Cristo.

Alégrate, tú que fuiste llamado cuando pescabas.

Alégrate, tú que fuiste hecho pescador de hombres.

Alégrate, pues tu voz resonó como el trueno escuchándose en todo el mundo tu teología.

Alégrate, pues lanzaste las redes para salvar a los hombres.

Alégrate, pues honraste tu vida con la virginidad.

Alégrate, tú que amaste con tu vida justa a la Palabra de Vida.

Alégrate, pues nos mostraste como glorificar a Cristo.

Alégrate, pues a ti se te confiaron los secretos del Altísimo para que los anunciases.


¡Alégrate, Apóstol Juan, amante de la virginidad!

domingo, 25 de septiembre de 2011

Más desmanes

Después de los enfastos acontecimientos provocados por Nicolae Corneanu, comulgando en una liturgia católica si que el hecho supusiera ningún problema para que siguiese ejerciendo su cargo, el Sínodo de Rumanía se vio obligado ante la gran presión recibida a regular que ningún Obispo, sacerdote, diácono monje, moja, o reyente laico participaran en oraciones comunes o sacramentos de los herejes ya que esto les pondría automáticamente fuera del seno de la Santa Iglesia Ortodoxa. Este es el texto de tal decreto:

....În legătură cu comportamentul sacramental şi liturgic al ierarhilor, preoţilor, diaconilor, monahilor, monahiilor şi credincioşilor mireni ai Bisericii Ortodoxe Române în relaţie cu alte culte, pe temeiul Sfintelor Canoane şi al învăţăturii de credinţă ortodoxă, Sfântul Sinod a hotărât că nu este îngăduit niciunui ierarh, preot, diacon, monah, monahie sau credincios mirean din Biserica Ortodoxă Română să se împărtăşească euharistic în altă Biserică creştină. De asemenea, nu este îngăduit niciunui cleric ortodox să concelebreze Sfintele Taine şi Ierurgii cu slujitori ai altor culte.

Y esto es lo que sucede: Raudati, 14 de septiembre de 2011, bendición del Zoo.



En el video dos sacerdotes ortodoxos, un uniata y un latino.

viernes, 23 de septiembre de 2011



En Occidente manda la acción, nos preguntan cómo podemos permanecer tantas horas en la iglesia sin hacer nada. Yo respondo: "¿Qué hace el embrión en el útero materno?". Nada, pero dado que está en el vientre de su madre se desarrolla y crece. Así es el monje. Custodia el espacio santo en el que se encuentra y está custodiado, plasmado por este mismo espacio. Aquí está el milagro: estamos entrando en el paraíso, aquí y ahora. Estamos en el corazón de la Comunidad de los Santos.

Vassilios, higúmeno de Íviron

jueves, 22 de septiembre de 2011

22 de Septiembre, fiesta de los Santos Mártires del monasterio de Zografu


Hoy día 22 de septiembre celebramos la memoria de los Santos Mártires que con su sangre adornaron de púrpura la santa Montaña de Athos.

Volvemos la mirada a la época de Miguel VIII Paleólogo (1259-1282) Éste busca por interese políticos la unión con el papa Urbano IV. Que exige Urbano a cambio de susayuda política y militar se opone frontalmente el Patriarca José I que si bien es leal al Emperador nunca aceptará la unión con los herejes latinos ya que reconocer la autoridad papal sería contrario al Evangelio, la sagrada Tradición y los Santos Cánones de la Iglesia.

Frente a esto Urbano pide el juramento de fidelidad al papa de Roma de todos los obispos y clero así como que estos instruyan al pueblo sobre el hecho de que esta unión es necesaria para la salvación y para estar dentro de la verdadera iglesia que es la romana y que esto implica el reconocimiento del papa de Roma como único juez inapelable en todos los asuntos dogmáticos por encima de los concilios y sínodos de la Iglesia y la enseñanza de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.

Muerto Urbano IV, le suceden Clemente IV y Gregorio X que siguen firmes en sus exigencias. El Emperador se ve contrariado tanto por el Patriarca como por los teólogos, que exponen que aceptar las exigencias de Roma supondría perder la Fe Ortodoxa. Esto fue lo que encendió la mecha de la cruel persecución de los que permanecían fieles a la Ortodoxia. Torturas, exilio, confiscación de bienes. El pueblo estaba en contra de la unión con el papa que además exigía no sólo una sumisión a la fe de los latinos sino también los impuestos de 10 años en compensación por haber expulsado al rey latino de Constantinopla y esto aún después de que los cruzados latinos hubieran saqueado la ciudad, profanado Iglesias, robado reliquias y martirizado a monjes, violado a monjas y pasado a cuchillo a los que no redujeron a la servidumbre o pudieron escapar de la ciudad sin importar que fueran ancianos, o niños de pecho. El rey de Francia se consideraba dueño de la ciudad y por eso exigía esa compensación económica.

Se convocó el seudoconcilio unionista de Lion en la que se aceptó la unión por parte del Emperador lo que produjo en el pueblo ortodoxo una ola de indignación. .El Patriarca José fue desterrado del trono patriarcal y se impuso un Patriarca favorable a la unión con los latinos Juan XI Bekkos. El Emperador obligó a aceptar la unión a los miembros de la familia imperial negándose a ello su hermana y sus parientes Andrónico, Juan y Manuel. Muchos miembros de la nobleza, el clero y el pueblo fueron torturados, cegados, encarcelados, sus lenguas cortadas, (sobre todo a miembros del clero pro predicar en contra de la unión)

Tanto el Emperador como el Patriarca estaban ciegos de ira por la reacción de los que creían que aceptarían sumisos sus decisiones. Dentro de esta persecución contra la Ortodoxia se encuadra la que sufrieron los monjes de los monasterios de la Santa Montaña de Athos cuya negativa a aceptar la unión con los herejes latinos fue considerada como una traición.

El Emperador mandó a sus emisarios y al ejército con disposiciones estrictas de que los monasterios aceptasen la unión ya que no sólo los fieles de Constantinopla, sino toda la Ortodoxia miraba hacia Athos para ver cuál sería su decisión.

Al primer monasterio al que fueron aquellos esbirros del anticristo fue el de Vatopedi. Ante la negativa del Higumeno y de los padres comenzaron a torturarlos y a amenazarlos con la muerte como lasañla con la que los paganos habían perseguido a los cristianos en los tiempos del antiguo Imperio. Más para los monjes, defensores de la santa y verdadera Fe Ortodoxa, el honor mayor era derramar su sangre. A imitación de aquello que continuamente cantaban en las celebraciones de los mártires aquellos padecimientos eran tan sólo momentáneos y les abrían las puertas del Paraíso. De entre ellos doce fueron llevados a una colina cercana al monasterio y allí fueron ahorcados para ver si los demás ante la amenaza de la muerte aceptaban la unión. Al Higumeno del monasterio, al que hicieron contemplar las torturas de los monjes, le pidieron de nuevo que aceptase la unión. Sus hijos espirituales ensangrentados le pedían que no se compadeciese de sus heridas y que confesará la Fe Ortodoxa. Lo que llenó de rabia a los prolatinos declarando hereje al papa de Roma y con él al Emperador y a los que habían aceptado las disposiciones de Lion. Sabiendo que la muerte del Higumeno lo convertiría en mártir y para evitar que pudieran venerar un día sus reliquias, lo cargaron de cadenas arrojándolo al mar para que se ahogase. A estos extremos llegaba su odio.

Después reunieron a todos los monjes de las celdas que rodeaban Kairés, con la idea de obligar al Protos a aceptar la unión. Más todos a una voz y un solo corazón respondieron “no” afirmando que estaban dispuestos a morir antes que renegar de la Fe Ortodoxa. En Vano amenazaron al Protos y a los monjes con las torturas y la muerte. Los representantes de los monasterios decían que no se pueden conciliar dos cosas irreconciliables. Cristo no puede ser reconciliado con Belial, no puede haber unión entre la Ortodoxia y los latinos, entre la luz y la oscuridad. La fe manifestada por los monjes en Kaires era inquebrantable lo que excitó el odio de los prolatinos que colgaron ataron al Protos Cosme junto a un animal muerto colgándolo y decapitando al resto de los monjes.

Viendo que la táctica de las amenazas no daban resultado, llegaron al monasterio de Ivirion utilizando otra táctica. La unión era presentada como un deseo de Dios que quería que todos fueran uno. En aquellos momentos tanto el papa como el Emperador y el Patriarca sabían lo importante que era que Ivirion aceptase la unión. Más el resultado fue el mismo que en el resto de los monasterios. ¿Qué eran aquellos sufrimientos para los monjes que por los trabajos y luchas ascéticas, las oraciones, los ayunos y las vigilias eran más ángeles que hombres? A todos torturaron y a los monjes georgianos los vendieron como esclavos en Italia como si fueran paganos sin fe. A los demás padres del monasterio los metieron en un barco al que barrenaron dejando que fuera mar adentro donde se hundió con todos dentro mientras entonaban los himnos de la Pascua Que bien sabían aquellos demonios cuan preciosas serían sus reliquias. Era el día 13 de mayo cuando se abrieron las puertas del paraíso y Cristo salió a recibirlos con los ángeles que llevaban preparadas para ellos la doble corona de la vida ascética y el martirio.

Al llegar a Zografu reunieron a los monjes pidiendo que aceptaran al papa como vicario de Cristo y cabeza de la Iglesia, más el Higumeno escandalizado ante tal proposición confesó con los demás monjes: ¡La cabeza de la Iglesia es Cristo! Allí no sólo habían llegado los bizantinos sino los mismos soldados latinos enviados por el papa para reforzar a los que podían flaquear en las tortura al fer la firme confesión de los monjes ya que muchos soldados del Emperador habían huido al no soportar el tener que torturar a los siervos de Cristo. Estos latinos cargados de odio no lo dudaron ni un momento: Si quieren morir morirán. Encerraron a los veintiséis padres en la torre a la que rodearon por enormes pilas de leña a la que prendieron fuego. Su memoria gloriosa la celebra toda la Iglesia Ortodoxa hoy, el día en que entraron en el cielo, el 22 de Septiembre.

La Santa Montaña sigue siendo para los ortodoxos faro que nos guía y Roma nunca dejará de pedir el sometimiento sin renunciar a sus errores y herejías.

Por desgracia, hoy en día son muchos los pisan la sangre de estos Mártires.

Reunión de oración por la paz organizada por los papistas de la Comunidad de San Egidio
en Munich y que sigue la linea considerada blasfema hasta por muchos papistas
de las reuniones de Asís e inauguradas por Karol Woityla

lunes, 19 de septiembre de 2011

La "teoría eclesiástica" de la evolución

Por Hierotheos Metropolita de Nafpaktos


Los Padres, al hablar de la Transfiguración de Cristo y participar de la gloria divina, hablan de la ascensión personal al monte de la visión de Dios. Es el grito constante de la Iglesia: "Haz que tu luz eterna brille también sobre nosotros pecadores."  Y en una oración que se hace en las primeras horas del día sentimos la necesidad de pedir a Cristo: "¡Oh, Cristo, la luz verdadera, que illuminas y santificas a todo hombre que viene al mundo, que la luz de tu rostro se nos muestre a nosotros, para que podamos contemplar la luz inefable. "

En la Iglesia se habla de la evolución del hombre, no del simio al hombre, sino del hombre a Dios. Y esta "teoría eclesiástica" de la evolución que la Iglesia, nos da la comprensión de la vida, resolviendo todas las ansiedades internas y existenciales del hombre.

San Máximo el Confesor nos enseña que Cristo no se muestra a todos de la misma manera, a los principiantes se muestra en la forma de siervo, más para aquellos que están ascendiendo la montaña de la visión de Dios, Él se muestra "en la forma de Dios ".

domingo, 18 de septiembre de 2011

Sobre el ecumenismo, entrevista con Arsenie Papacioc. sábado, septiembre 10, 2011

Extractos de una entrevista hecha hace unos meses al recientemente fallecido Archimandrita Arsenie Papacioc, en la que explicaba su oposición al actual pensamiento ecumenista:

Padre, hay unas palabras dichas por Nuestro Salvador, “En la Casa del Padre, hay muchas moradas”.

- Esas palabras no se refieren a la “Verdad” en sí, sino a cómo debe vivirse la Verdad.

¿Esto quiere decir que hay una morada pequeña para protestantes, una para católicos, etc?

- Estas “moradas” son consideradas de acuerdo al grado de vivencia, de plenitud en la Verdad: no se refiere a otra cosa, porque, si hubieran más “moradas”, hasta los adventistas intentarían hacerse un lugar… ¿por qué no?  se harían un lugarcito todos los de cualquier religión,

Padre, ¿Qué quiso decir Jesús con las palabras “Padre Santo, guárdalos en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros”? Porque, a menudo los diálogos ecuménicos se basan en esas palabras.

- Nosotros, los ortodoxos, somos ya uno con la Verdad. “Uno”, lo demás son especulaciones. “Uno” en Verdad, Cristo-Verdad.

Es decir, la Iglesia Ortodoxa

- Sí, la Iglesia Ortodoxa. ¡El mismo Cristo fue quien nos enseñó todo! Fuimos uno y hemos permanecido uno con Él. No hemos cambiado nada de lo dicho por Él. Por tanto, se puede afirmar que Cristo es ortodoxo.

¿Se puede afirmar, sobre la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica, que son iglesias hermanas?.

- Escucha: es inútil; repetimos siempre lo mismo. Somos hermanos, pero no en Verdad. “Aprecio mucho a Platón, pero me es mucho más querida la Verdad”. Únicamente en la Verdad existe unidad; si no es en la Verdad, no es unidad…

¿Se pueden casar ortodoxos con católicos o con protestantes?

- No. En dichos casos es recomendable que el novio o la novia pase a ser parte de la Iglesia Ortodoxa.

¿Pueden participar los clérigos ortodoxos en la Liturgia católica, aún sea para hacer algunas oraciones?

- No

Padre, en el tema del ecumenismo se habla de una nueva mentalidad, de un nuevo hombre ecuménico que debe ser un cristiano tolerante, receptivo a respetar las tradiciones de cada quien. ¿Qué recomienda Usted a los teólogos ortodoxos que entran en contacto con los que se han separado de la Iglesia, en discusiones teológicas?

- Yo creo que están influenciados entonces cuando dicen que debemos ser maleables y no fanáticos, pero no se trata de ningún fanatismo. Defender la Verdad significa heroísmo. Esta es la Verdad, la respetamos desde hace miles de años, ellos también la respetaron algunos cientos de años y luego se alejaron de la Verdad salvífica. Ahora, aunque nos duela y lo sintamos mucho, no podemos estar del lado de ellos.

Pero, ¿Cómo cómo manifestarles nuestro amor, porque, si les llamamos cismáticos o herejes, se enojan?

- El amor perdona todo, pero se alegra sólo con la Verdad. ¡En eso consiste el amor! El amor no significa “tomémonos un cafecito juntos y listo, de nuevo estamos unidos”. El amor lo cree todo, lo olvida todo, pero se goza sólo en la Verdad. ¡Es ciertamente muy hermoso ese pasaje de Corintios 13!

Se habla también de una “vida ecuménica”, de “vocación ecuménica”, del “calendario ecuménico”, de “ceremonia ecuménica”, de la “vocación ecuménica”, de oración, cultura, visitas, bibliotecas… existe incluso un Instituto Ecuménico “San Nicolás” (en Rumanía), que es un instituto ortodoxo, pero que propaga la idea del ecumenismo. ¿Qué cree Usted que diría al respecto el mismo San Nicolás?

- Sé qué diría San Nicolás, es más, todos saben qué diría San Nicolás. ¿Cuál es el propósito al mezclar todos esos conceptos, para que digamos que es una religión? Todos esos “juegos de luces”, se hacen con un fin. No son los verdaderos ortodoxos los que organizan ese tipo de cosas…

Fuente: razbointrucuvant.ro

miércoles, 14 de septiembre de 2011

ACATISTO A LA SANTÍSIMA CRUZ


Contaquio I


Oh Cruz del Señor tres veces bendita, los creyentes te veneramos y nos postramos ante ti llenos de alegría en tu santa exaltación. Trofeo y arma invencible, por tu gracia protégenos, cúbrenos y se refugio para aquellos que te suplicamos diciendo:

¡Regocíjate, Madero santo y bendito!

Icos I

Los ángeles del cielo rodean invisiblemente la vivificante Cruz con temor y con temor contemplan como derrama su gracia sobre los creyentes. Asombrados exclaman diciendo:

Regocíjate, oh Cruz, guardiana del mundo.

Regocíjate, gloria de la Iglesia Ortodoxa.

Regocíjate, pues generosamente sanas a los que suplican curación.

Regocíjate, pues iluminas con tu luz a toda la tierra.

Regocíjate, madero fragante que da la vida y tesoro de milagros.

Regocíjate, tres veces bendita y fuente de gracia.

Regocíjate, escabel divino.

Regocíjate, objeto precioso de nuestra veneración.

Regocíjate, cáliz de néctar divino.

Regocíjate, antorcha de fulgor esplendente.

Regocíjate, pues por ti es bendecida la creación.

Regocíjate, pues venerándote adoramos al Creador.


¡Regocíjate, Madero santo y bendito!

Sf. Teofan Zavoratul: AM INALTAT SFANTA CRUCE IN INIMILE NOASTRE?

“Astazi sarbatorim Inaltarea Sfintei Cruci, cand semnul sfant al mantuirii noastre este ridicat in toate bisericile. Insa aceasta este doar o manifestare exterioara, existand si o inaltare interioara a Crucii, ce se petrece in inima noastra. Ea este desavarsita atunci cand omul hotaraste sa se rastigneasca pe sine sau sa se curete de patimi. Potrivit Apostolului Pavel, sunt crestini cu adevarat numai cei care isi rastignesc trupul, omorand in felul acesta dorintele si patimile.


Fiecare crestin trebuie sa isi puna intrebarea daca semnul sfant al Crucii este inaltat si in inima lui. Sa fim cu totii atenti ca nu cumva constiinta sa nu se spuna: „Te interesezi numai de dorintele trupesti. In inima ta, Crucea lui Hristos nu e inaltata. Ai aruncat-o in groapa patimilor, unde a putrezit din cauza indiferentei si a dispretului tau”.

Dupa ingroparea Domnului, Crucea a ramas pe Golgota. Mai tarziu, a fost aruncata intr-o groapa, printre niste gunoaie. Orasul Ierusalim a fost ocupat de soldatii romani, iar cladirile sale au fost facute una cu pamantul. Atunci cand a reinceput construirea, la sfatul diavolilor, romanii au pus in locul Rastignirii idolul Afroditei, o veche zeitate a imoralitatii.

Un lucru asemanator se intampla si cu crucea noastra interioara. Cand vrajmasul domneste peste suflet, adica peste Ierusalimul cel intelegator, crucea noastra duhovniceasca este aruncata de pe Golgota inimii si acoperita cu gunoaiele patimilor si ale desfranarii. Dupa aceea, inlauntrul nostru sunt ridicati idolii cei rusinosi, pe care numai interventia cu multa putere a harului ii poate distruge”.

(Sfantul Teofan Zavoratul, Ne vorbeste Sfantul Teofan Zavoratul. Scrisori, Editura Egumenita)

En la fiesta de la Exaltación de la Santísima Cruz

Icono de la Santa Cruz con partículas de
la Verdadera Cruz que se venera en
la parroquia de Alicante
San Cirilo de Jerusalén y la Santa Cruz.

«Cualquier acción de Cristo es motivo de gloria para la Iglesia universal; pero el máximo motivo de gloria es la cruz. Así lo expresa con acierto Pablo, que tan bien sabía de ello: “lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de Cristo” (Gál 6,14).


«Fue, ciertamente, digno de admiración el hecho de que el ciego de nacimiento recobrara la vista en Siloé; pero, ¿en qué benefició esto a todos los ciegos del mundo? Fue algo grande y preternatural la resurrección de Lázaro, cuatro días después de muerto; pero este beneficio lo afectó a él únicamente, pues, ¿en qué benefició a los que en todo el mundo estaban muertos por el pecado?… En cambio, el triunfo de la cruz iluminó a todos los que padecían la ceguera del pecado, nos liberó a todos de las ataduras del pecado, redimió a todos los hombres.

«Por consiguiente, no hemos de avergonzarnos de la cruz del Salvador, sino más bien gloriarnos de ella. Por­que “el mensaje de la cruz es escándalo para los judíos, necedad para los gentiles, mas para nosotros salvación”. Para los que están en vías de perdición es necedad, mas para nosotros, que estamos en vías de salvación, es fuerza de Dios (1Cor 1,23-24). Porque el que moría por nosotros no era un hom­bre cualquiera, sino el Hijo de Dios, Dios hecho hombre.

«En otro tiempo, aquel cordero sacrificado por orden de Moisés alejaba al exterminador; con mucha más razón, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo nos li­brará del pecado. Si la sangre de una oveja irracional fue signo de salvación, ¿cuánto más salvadora no será la san­gre del Unigénito?

«Él no perdió la vida coaccionado ni fue muerto a la fuerza, sino voluntariamente. Oye lo que dice: “soy libre para dar mi vida y libre para volverla a tomar. Tengo poder para entregar mi vida y tengo poder para recupe­rarla” (Jn 10,17-18). Fue, pues, a la pasión por su libre determinación, contento con la gran obra que iba a realizar, consciente del triunfo que iba a obtener, gozoso por la salvación de los hombres; al no rechazar la cruz, daba la salvación al mundo. El que sufría no era un hombre vil, sino el Dios humanado, que luchaba por el premio de su obediencia.

«Por lo tanto, que la cruz sea tu gozo no sólo en tiempo de paz; también en tiempo de persecución has de tener la misma confianza, de lo contrario, serías amigo de Jesús en tiempo de paz y enemigo suyo en tiempo de guerra. Ahora recibes el perdón de tus pecados y las gracias que te otorga la munificencia de tu rey. Cuando sobrevenga la lucha, pelea denodadamente por tu rey.

«Jesús, que en nada había pecado, fue crucificado por ti; y tú ¿no te crucificarás por él, que fue clavado en la cruz por amor a ti? No eres tú quien le haces un favor a él, ya que tú has recibido primero. Lo que haces es de­volverle el favor, saldando la deuda que tienes con aquel que por ti fue crucificado en el Gólgota».

(Catequesis de Jerusalén 13,1.3.6.23: MG 33, 771-774. 779. 802)

El bautismo nos hace participar de la Pasión sagrada y de la Resurrección gloriosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


«Fuisteis conducidos a la santa piscina del divino bautismo, como Cristo desde la cruz fue llevado al sepulcro. Y se os preguntó a cada uno si creíais en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Después de haber confesado esta fe salvadora, se os sumergió por tres veces en el agua y otras tantas fuisteis sacados de la misma: con ello significasteis, en imagen y símbolo, los tres días de la sepultura de Cristo…

«Por eso os cuadra admirablemente lo que dijo Salomón, a propósito de otras cosas: “tiempo de nacer, tiempo de morir” (Ecl 3,2). Pero a vosotros os pasó esto en orden inverso: tuvisteis un tiempo de morir y un tiempo de nacer, aunque en realidad un mismo instante os dio ambas cosas, y vuestro nacimiento se realizó junto con vuestra muerte.

«¡Oh maravilla nueva e inaudita! Nosotros no hemos muerto ni hemos sido sepultados, ni hemos resucitado después de crucificados, en el sentido material de estas expresiones, pero, al imitar estas realidades en imagen hemos obtenido así la salvación verdadera. Cristo sí que fue realmente crucificado y su cuerpo fue realmente sepultado y realmente resucitó; a nosotros, en cambio, nos ha sido dado, por gracia, que, imitando lo que él padeció con la realidad de estas acciones, alcancemos de verdad la salvación.

«¡Oh exuberante amor para con los hombres! Cristo fue el que recibió los clavos en sus inmaculadas manos y pies, sufriendo grandes dolores, y a mí, sin experimentar ningún dolor ni ninguna angustia, se me dio la salvación por la comunión de sus dolores… “¿Es que no sabéis que los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo Jesús fuimos incorporados a su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte” (Rm 6,34)».

(Catequesis de Jerusalén 20, Mystagogica 2,4-6: MG 33, 1079-1082)

lunes, 5 de septiembre de 2011

FIESTA DE LA NATIVIDAD DE LA MADRE DE DIOS


Icono de la Madre de Dios de la Ternura,
Santa María "Mica"
 FIESTA DEL ICONO DE LA MADRE DE DIOS DE LA TERNURA (SANTA MARÍA MICA)

Miércoles 7 de septiembre:


18:30 hh Paráclesis a la madre de Dios


19:00 hh Vecernia, litia y artoclasia.


Jueves 8 de septiembre:


8:00 hh Utrenie


9:00 hh Divina Liturgia


19:30 hh Vecernia de la Sinaxis de los Santos Joaquín y Ana


Veneración de las reliquias de los Padres de la Madre de Dios


Después de las Vísperas se sacará el Icono de Santa María Mica a la puerta de la Iglesia con motivo de las fiestas del Raval Roig

sábado, 3 de septiembre de 2011

San Juan Crisóstomo: Homilia sobre el Evangelio del joven rico.

Uno se le acercó y le dijo: Maestro bueno ¿qué haré para alcanzar la herencia de la vida eterna? (Mt 19,16).

Hay quienes recriminan a este joven como fraudulento y malvado y como si se hubiera acercado a Jesús con el objeto de tentarlo. Por mi parte yo no dudaría en llamarlo avaro y amante codicioso de las riquezas, pues Cristo así se lo demostró. Pero fraudulento no, de ninguna manera, pues no es lícito ni seguro el juzgar temerariamente de lo interno y oculto, en especial cuando se trata de juzgar a alguno; y aun apoyándome en Marcos, rechazaría semejante sospecha que el evangelista repudia. Porque dice: Corrió hacia él uno y de rodillas le preguntaba; Y luego: Jesús jijó en él la mirada y lo amó. Sin embargo, grande es la tiranía de las riquezas como en este pasaje se advierte. Pues aun cuando cultivemos todas las demás virtudes, ella echa por tierra todos los bienes. Con razón Pablo la llamó raíz de todos los males: La raíz de todos los males es la avaricia?

¿Por qué entonces Cristo le responde: Nadie es bueno? Porque lo tenía por hombre sencillo y del vulgo y como un doctor de los judíos. Por eso le habla como a tal hombre. Pues ordinariamente responde según lo que piensan los que le preguntan; como cuando dice: Nosotros adoramos con un culto legítimo. Y también: Si yo doy testimonio de mí mismo, entonces mi testimonio no es verdadero. Pero cuando dice: Nadie es bueno, no quiere decir que El no sea bueno ¡lejos tal cosa! Porque no dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Yo no soy bueno. Sino que dijo: Nadie es bueno, es decir, ningún hombre; no porque al decirlo excluyera a los hombres de la bondad, sino que hablaba en comparación con la bondad de Dios. Por eso añade: Sino solamente Dios. Y no dijo: Solamente mi Padre, para que entiendas que no se reveló al joven aquel. También antes había llamado malos a los hombres con estas palabras: Pues si vosotros siendo malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos. Ahí los llamó malos, no porque asignara la perversidad a toda la humana naturaleza, pues el vosotros no incluye a todos los hombres, sino que se expresó así, comparando la bondad de los hombres con la bondad divina. Y por eso añadió: Cuánto más vuestro Padre dará cosas buenas a los que le piden.

Preguntarás: ¿qué le urgía o qué bien se seguía de semejante respuesta? Poco a poco va llevando al joven a mayores alturas y lo enseña a prescindir de toda adulación y lo saca de las cosas terrenas y lo lleva hasta Dios y lo persuade a buscar las cosas futuras y a conocer quién es el verdaderamente bueno, raíz y fuente de todo y a tributarle honor. Así cuando dice: No os hagáis llamar Maestro, lo dice en comparación consigo y también para que sepan cuál es el primer origen de todo. El joven hasta aquel momento había demostrado no pequeño anhelo y amor, de manera que mientras otros se acercaban a Cristo para tentarlo y otros para que curara sus enfermedades o las ajenas, él se aproxima y viene para preguntar acerca de la vida eterna. Tierra fecunda y campo fértil era, pero la multitud de espinas sofocó la simiente. Advierte cuan bien preparado estaba para obedecer a lo que se le mandara. Dice: ¿Qué haré para poseer la vida eterna? Tan pronto parecía para obedecer. Si se hubiera acercado a Cristo con intención de tentarlo, sin duda nos lo hubiera declarado el evangelista, como lo hizo en los otros casos, por ejemplo el del doctor de la ley. Y aun cuando el evangelista calla, eso no lo habría dejado ocultarse

Cristo, sino que abiertamente lo habría confundido, o secretamente lo habría hecho sentir su falta, para que no creyera que engañaba o se ocultaba y así saliera con daño.

Por otra parte, si se hubiera acercado como tentador no se habría apartado triste por lo que oyó de Cristo; puesto que tal cosa nunca le aconteció a ningún fariseo, sino que éstos cuanto más se los redargüía tanto más se enfurecían. Este joven en cambio se apartaba triste, lo que es señal grande de que no se había acercado con mala voluntad, sino con voluntad un tanto débil, pero con verdadero anhelo de la vida, aunque estaba impedido por gravísima enfermedad. Habiéndole, pues, dicho Jesús: Si quieres entrar a la vida guarda los mandamientos, el joven preguntó: ¿Cuáles? no para tentar a Cristo ¡lejos tal cosa! sino porque pensó que se trataba de unos preceptos diversos de los de la Ley, tales que podrían serle conductores para la vida: cosa propia de quien ardía en deseos. Y cuando Cristo le recitó los mandamientos, él respondió: Todo eso lo he guardado desde mi adolescencia. Pero no se detuvo aquí, sino que añadió: ¿Qué más me falta? lo que también fue señal de que- ardía en deseos. Ni era poco eso mismo de que juzgara que algo le faltaba y pensara no ser suficiente lo que se le había dicho para alcanzar lo que deseaba.

¿Qué hace entonces Cristo? Pues le iba a proponer cosas muy levantadas, comienza por enunciar los premios, y dice: Si quieres ser perfecto anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; y luego ven y sigúeme. ¿Miras cuántos premios, cuántas coronas concede a esta palestra? Cierto que si el joven hubiera sido un tentador no le habría Cristo contestado en esa forma.

Ahora, en cambio, sí lo hace y para atraerlo le muestra la gran recompensa, pero todo lo deja a su libre voluntad, dejando en la sombra las cosas que en semejante advertencia eran pesadas. De modo que antes de declararle el certamen y sus trabajos, le muestra el premio diciendo: Si quieres ser perfecto; y hasta después añade: Vende todo lo que posees y dalo a los pobres; y al punto pone el premio y dice: Tendrás un tesoro en el cielo y ven y sigúeme. Porque ya el seguir a Cristo es gran recompensa. Y tendrás un tesoro en el cielo.

Pues se trataba de dineros y Jesús lo exhortaba a despojarse de todo, para demostrarle que no sólo no quedaba despojado de lo suyo, sino que en realidad incluso se le acrecentaba, le ofrece y da mayores cosas que las que se le ordena dejar. Ni solamente más, sino tanto más superiores cuanto lo es el cielo sobre la tierra y aún más todavía. Y la excelencia del premio, su firmeza y seguridad las declara llamándolas tesoro, en cuanto por las cosas humanas podía darle a entender eso al oyente. De modo que no basta con despreciar los dineros, sino que conviene alimentar a los pobres; y ante todo seguir a Jesús, es decir, cumplir todos sus mandatos y estar preparados para la muerte y muerte cotidiana. Pues dice: Si alguno quiere venir en pos de mí, niegúese a sí mismo y tome su cruz y sígame. Ciertamente este mandato de derramar la propia sangre es superior al de despreciar los dineros. Sin embargo, éste ayuda no poco para lograr el otro. Y el joven, habiéndolo oído, se alejó triste. Y el evangelista advierte que no fue eso sin motivo, pues el joven tenía muchas posesiones.

Porque no tienen igual impedimento los que tienen pocas posesiones y los que abundan en ellas. Porque en este segundo caso la codicia es más violenta, cosa que no me cansaré de repetir: o sea que se enciende mayor la llama con el acrecerse las riquezas y así se hacen más pobres los que las poseen, pues quedan enredados en mayores codicias y sienten más la necesidad y penuria. Y en este punto quisiera que adviertas cuán grande fuerza demostró esa enfermedad. El que con gozo y presteza se había acercado a Cristo, en cuanto Cristo le ordenó dejar las riquezas, en tal grado la enfermedad lo envolvió y afligió, que ni siquiera dio a Cristo alguna respuesta, sino que callado, triste, apesadumbrado, se alejó.

Y ¿qué hizo Cristo? Dijo: ¡Cuan difícilmente los ricos entrarán en el reino de los cielos! No porque vituperara las riquezas, sino a quienes andan enredados e impedidos en ellas. Pero si difícil es para los ricos, más aún lo es para los avaros. Pues si es impedimento para lograr el reino de los cielos el no dejar lo propio, piensa cuán grande incendio prepara en la gehena el arrebatar lo ajeno. Mas ¿por qué dice a los discípulos cuan difícil sea que un rico entre en el reino de los cielos, siendo así que ellos eran pobres y nada poseían? Los enseña a no avergonzarse de la pobreza y da la razón de por qué ha querido que ellos nada posean. Y una vez que dijo cuan difícil cosa y casi imposible era aquello, declara que no sólo era imposible, sino que, poniendo la comparación con el camello y la aguja, parece añadir algo más, pues dice: Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de los cielos.

Por aquí se ve que a los ricos que sean capaces de semejante virtud, se les prepara una gran recompensa. Por lo mismo afirmó ser eso obra de Dios para declarar que a quien ha de emprender este camino le es muy necesaria la gracia. Y como los discípulos quedaran perturbados, les dijo: Esto es imposible a los hombres, pero para Dios todas las cosas son posibles. Mas ¿por qué se perturban los discípulos, pues son pobres y en exceso pobres? ¿por qué se perturban? Es que se duelen de la perdición de muchos, como quienes estaban poseídos de ardiente caridad para con los demás y ya iban teniendo entrañas de maestros. Temían y temblaban por la salud del orbe todo, turbados con aquella palabra de Cristo, de manera que andaban necesitados de mucho consuelo. Por esto Jesús, tras de pasear por ellos su mirada, dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Primeramente a ellos, poseídos de terror, los consoló; y habiéndolos librado de aquella angustia, pues esto significa el evangelista al decir: paseando su mirada por ellos, finalmente les levanta el ánimo con la otra sentencia, trayendo al medio la omnipotencia divina y dándoles así confianza.

Y si quieres oír el modo y manera en que lo imposible se hace posible, óyelo. Porque el motivo de decir que lo imposible para los hombres es posible para Dios, no fue para que decayeras de ánimo y desistieras de esa virtud como si fuera imposible en absoluto, sino para que, comprendiendo la magnitud de la empresa, más fácilmente la emprendas y así, tras de invocar a Dios para que te auxilie en tan bellos certámenes, logres la vida eterna. En fin: ¿cómo se puede lograr esto? Si te despojas de las posesiones, si dejas los dineros, si te apartas de esa mala concupiscencia. Y para que veas que eso no es obra exclusivamente de Dios, sino que lo que dijo fue para explicar la dificultad de la empresa, oye lo que sigue. Pues a Pedro que decía: He aquí que nosotros lo abandonamos todo y te hemos seguido; y que añadió luego y preguntó: ¿qué habrá, pues, para nosotros?, Cristo, determinando la recompensa, le respondió: Y cualquiera que abandonare su casa, o sus campos o a sus hermanos, o al padre o la madre, recibirá el ciento tanto en el siglo presente y luego poseerá la vida eterna. Así se hace posible lo que era imposible.

Insistirás: pero ¿cómo es posible abandonar esas cosas? ¿cómo puede el que está oprimido por tan ingente codicia de riquezas salir al punto de ese abismo? Si comienza por ir despachando las riquezas y recortando lo superfluo. Así irá adelante y luego más fácilmente podrá incluso correr. De manera que no acometas todo a la vez, sino ve subiendo por esta escala lentamente -escala que conduce al cielo- si es que el todo te parece difícil de alcanzar. Pues a la manera de los febricitantes y los que sobreabundan interiormente en amarga bilis, cuando toman su alimento y su bebida, no sólo no apagan su sed, sino que tornan la llama más ardiente y viva, lo mismo hacen los avaros cuando a esta perversa codicia, más ruda que la bilis, le acarrean riquezas: la tornan más activa y encendida. De manera que nada hay que la calme si no es que se corte la codicia del lucro; así como aplaca el acre humor de la bilis el moderado alimento y evacuación.

Todavía preguntarás: pero esto ¿cómo se conseguirá? Si meditas en que, mientras abundes en riquezas no podrás apagar la sed, sino que por el anhelo de más poseer acabarás en enfermedad; pero si dejas las riquezas, podrás echar de ti semejante morbo. No quieras pues agitar más cosas, no andes buscando lo que no se puede alcanzar ni sufras con esa incurable enfermedad, y corroído por esa peste rabiosa vengas a ser el más miserable de todos los hombres. ¡Vaya! ¡dime! ¿Quién diremos que es atormentado y vejado: el que anhela bebidas y alimentos espléndidos que no logra alcanzar ni gozar o el que no tiene semejante pasión? Sin duda alguna, aquel que anhela pero no puede conseguir lo que anhela. Cosa tan miserable es el que no pueda el anhelante alcanzar lo que codicia ni el que tiene sed poder beber, que Cristo, queriendo describir la gehena, por este medio la pinta y pone delante al rico atormentado con el fuego, y que pidiendo una gota de agua ni aun eso alcanzaba y de ese modo era castigado.

De manera que quien desprecia las riquezas habrá apagado la codicia; mientras que quien anhela enriquecerse, y amontonar más y más, la aumenta y nunca logra conseguir su objeto, ni se detiene. Pues aun cuando reciba infinitos talentos anhela otros tantos; y si los consigue, anhela el doble; y pasando adelante desea que montes, tierras, mares se le conviertan en oro, loco con un nuevo y extraño género de locura que nunca logra desvanecerse y apagarse. Y para que comprendas que semejante enfermedad no puede extinguirse con nuevas adquisiciones, sino con el desprecio y alejamiento de las riquezas, compara: si alguna vez te llegara el deseo absurdo de volar y de levantarte por los aires ¿cómo podrías apagarlo? ¿arreglándote alas y otros instrumentos que te fabricaras o mejor persuadiéndote ser eso cosa imposible y no intentándolo más? Sin duda alguna mediante esta persuasión.

Instarás diciendo: es que eso de volar es del todo imposible. Pues bien: más imposible con mucho es apagar semejante enfermedad y ponerle término. Cierto que es más fácil que los hombres vuelen que satisfacer la codicia de poseer con nuevas adquisiciones. Cuando anhelamos cosas posibles nos consolamos con la esperanza de llegar a disfrutarlas; pero cuando anhelamos lo imposible, lo único que debemos procurar es apartarnos de semejante deseo, pues no hay otro modo de que consigamos la tranquilidad de ánimo En consecuencia, no nos dolamos vanamente; sino que rechazando ese amor al dinero, que continuamente se exaspera y no puede reprimirse, acojámonos al otro amor que puede hacernos felices y que es facilísimo: anhelemos y amemos los tesoros de allá arriba. No hay en esto un trabajo desmesurado y la ganancia es indecible; y por cierto quien está vigilante y desprecia las cosas presentes, jamás puede dejar de obtener lo que anhela; al revés de quienes están entregados a la servidumbre de las riquezas, que en absoluto no logran su finalidad.

Meditando en todo esto, echa de tu ánimo la mala codicia de las riquezas No puedes decir que ella te colma de bienes presentes y te libra de los males futuros. Pues aun cuando eso diera, todavía eso mismo sería un extremo suplicio y castigo. Pues aun antes de la gehena y aparte de ella, te arroja al presente en más grave castigo. Porque la dicha codicia echa por tierra muchas familias y ha suscitado tremendos conflictos y guerras y ha obligado a muchos a darse una muerte violenta y así acabar su vida. Y antes de esos peligros, derrumba y destruye la nobleza del alma y con frecuencia torna al que semejante enfermedad padece tímido, perezoso, atrevido, mendaz, sicofante, ratero y avaro y cualquier otro extremo que quieras decir.

Quizá con frecuencia te halaga el brillo del oro y la plata Y te engaña, lo mismo que la multitud de esclavos, la magnificencia de las habitaciones y la clientela que en el foro te rodea. ¿Qué remedio puede ponerse a llaga tan grande? Pensando en qué actitud queda el alma con esas cosas y cómo la tornan tenebrosa, abandonada, torpe y deforme; y meditando contigo mismo el sinnúmero de males que a semejante concupiscencia acompaña. Y cuan grandes peligros y trabajos hay para poder conservar las riquezas. Y ni siquiera se pueden conservar hasta el fin. Pues aun cuando logres evadir las asechanzas de todos, vendrá la muerte y todas tus riquezas las pasará a manos de tus enemigos; y a ti, despojado de todo te arrebatará, sin que puedas llevar contigo nada, sino únicamente las llagas y úlceras que de esta vida saca el alma cuando de aquí parte.

Cuando veas a alguno resplandeciente en lo exterior con magníficas vestiduras y rodeado de abundante séquito de guardias, registra su conciencia y encontrarás en su interior cantidad de arañas y abundante polvo. Piensa en Pablo y en Pedro; piensa en Juan el Bautista y en Elías; mejor aún, piensa en el Hijo de Dios, que no tuvo en dónde reclinar su cabeza. A él imítalo y a sus siervos y medita en aquellas inestimables riquezas. Pero si aún tras de haberlas meditado todavía se te oscurece la mente con las riquezas del siglo, como sumido en un naufragio mientras se enfurece la tempestad, oye la sentencia de Cristo que dice: es imposible que el rico entre en el reino de los cielos. Teniendo delante semejante sentencia, compara con ella los montes, la tierra y el mar; y si quieres, con el pensamiento hazlos todos oro: no encontrarás daño alguno que sea inferior al que esto te acarrea.

Por tu parte, enumeras tantas más tantas yugadas de tierras, diez casas o veinte, otros tantos baños, un millar de esclavos o si quieres dos millares y carrozas recubiertas de láminas de plata o de oro. Pero yo por mi parte digo que si alguno de entre vosotros los ricos, desechando semejante pobreza -que pobreza es delante de las riquezas que voy a decir- poseyera el orbe entero y tuviera a su servicio tantos hombres cuantos andan por la tierra y por los mares, si cada uno poseyera el orbe entero o sea tierras y mares y en todas partes tuviera casas y ciudades y pueblo y de todas partes hacia él confluyeran en vez de aguas y fuentes ríos de oro, yo a todos esos ricos y ni aun a uno solo de ellos, si pierde el reino de los cielos, lo estimaría ni siquiera en tres óbolos.

Si ahora los codiciosos de las pasajeras riquezas de tal forma se atormentan si no las consiguen, ¿qué consuelo les quedará r-i algún sentido tuvieran de lo que son aquellos bienes inefables? ¡Ningún consuelo, por cierto! Por lo cual, no me hagas cuentas de la cantidad de dineros, sino piensa en el grandísimo mal que de ellas se les sigue a todos los que las codician, pues a cambio de ellas pierden el reino de los cielos. Les acontece lo mismo que a quien, habiendo perdido el regio honor que en los palacios se tributa, se gloriara de poseer un montón de estiércol y grandemente lo estimara. Pues el montón de riquezas en nada es mejor sino mucho peor que ese otro. Al fin y al cabo, el estiércol es útil para la agricultura, para calentar el agua en los baños y para otros usos semejantes, mientras que eso sepultado en la tierra, para nada de eso es útil; y ojalá fuera solamente inútil, pues lo que pasa es que a quien lo posee le enciende mil hornos si no lo usa en la forma que conviene. Pues de esos dineros se siguen muchos males.

Por esto aun los autores paganos llaman a la avaricia acrópolis de los males. Y el bienaventurado Pablo, mucho mejor y con mayor énfasis, la llamó raíz de todos los males. Pensando, pues, en todo esto, emulemos lo que es digno de emulación: no los magníficos edificios, no los campos grandemente fructíferos, sino los varones que tienen gran entrada con Dios y son ricos allá en el cielo y poseen aquellos tesoros y son de verdad opulentos: los pobres por Cristo. Para que así consigamos los bienes eternos, por gracia y benignidad de nuestro Señor Jesucristo, al cual, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, sea la gloria, el honor y el poder y la adoración, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Slujba inmormantarii Parintelui Arsenie Papacioc